martes, 29 de marzo de 2011

Oír, ver y callar. Ni sientas, ni respires.


Un nudo en la garganta, los ojos cerrados, noto como descienden las lagrimas por mis mejillas. Me siento invisible, cada ofensa es como una puñalada, aquí ya no cuento para nada, es como si fuera todo contra mi. Es como si solo quisieran aprovechar las cosas que puedo ofrecer, sin tener en cuenta lo que prefiero y lo que no, solo mi presencia ahí, por si acaso. 
Da igual si siento o padezco, las palabras caen sobre mi, me callaré una vez mas y abriré mi paraguas para que resbalen en él.
Sé que no ha sido para tanto, pero es un cúmulo de cosas las que se me atragantan, quiero gritar, pero debo callar. Callar siempre, ni una palabra mas alta, todo tiene que parecerme bien. Deseo con todas mis fuerzas flotar por el aire que corre entre los cinco pisos que hay entre tu balcón y la acera. Puede que mañana logre pronunciar una palabra y fingiré o realmente ya me dará igual lo que haya pasado esta noche.

No hay comentarios:

Publicar un comentario